martes, 8 de septiembre de 2009

Una promesa hecha

I
La Tierra, hipnotizada por la belleza majestuosa del astro rey, gira sin detenerse, casi mecánicamente ... La danza analémica del sol, la cíclica selenomorfosis, el constante fluir del arroyo. Rutina. Y sin embargo hay vida en lo más pequeño, en lo que menos puede detectar el acelerado ojo del homo modernus. Justo lo que Vidal no podía ver.
Enceguecido por modelos de pensamiento, Vidal vivía una vida geocrática. Con metas, sí, pero abstracta. Había momentos en que su mente volaba por cielos y planetas no descubiertos, utopías. No podía ser que la vida le ofreciera sólo palabras, teorías, leyes, ideologías. ¡Debía haber algo más!
Pero el mundo sigue dando vueltas … El sol sigue saliendo todos los días y escondiéndose todas las noches… Rutina. La vida trae subidas y bajadas. A veces se encuentran más bajadas que subidas. Y de ello Vidal estaba más que consciente.
II
Un día como cualquier otro, un abril como cualquier otro, una sonrisa como ninguna otra. Sus ojos brillosos anhelantes de amor y de felicidad, su alma inocente deseosa de sinceridad. Una pieza faltante en el rompecabezas incompleto de Vidal.
Lo que sentía dentro era algo muy diferente... raro... bonito... sincero... real. Pensamientos inundaban su cabeza, mas no se encontraba seguro de lo que debía hacer. Las situaciones a su alrededor eran algo confusas, no era su mejor año, pero como una luz difusa al final de un tenebroso túnel: señales. El mundo parecía empezar a iluminarse.
III
Una puerta a un viaje desconocido, una exploración incierta. Aquella mañana Vidal abrió los ojos, respiró y sonrió. Y en lo que pensó fue en ella. En aquel beso. La felicidad llenaba su corazón y en su sonrisa se demostraba. Por fin había algo más concreto, ahora muchas cosas tenían sentido.

Ahora el tiempo parecía no pasar. Vidal descubría cada día algo nuevo, algo por lo cual se podía luchar. Parecía que al fin encontraba algo de esperanza, de positivismo. Parecía que la vida sí tenía algo más. Y ella era el motor.

El futuro es lo que el horizonte muestra como reto. Una promesa hecha, mil y una razones para tenerla en cuenta todos los días. De todo se hace una vivencia, una lección. La vida no es color de rosa dicen por ahí. Pero vivirla con ella su lado, sabiendo que ahí está y que no se va, era más de lo que Vidal podía esperar.

1 comentarios:

vicky dijo...
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