sábado, 13 de febrero de 2010

La sociedad del dinero

No es demonizar la riqueza ni satanizar a los que por bondades de la vida tienen más capacidad adquisitiva. Ojalá que todos en Costa Rica tuviéramos la misma capacidad financiera para vivir sin carencias y una calidad de vida envidable de manera honesta.

Sin embargo, lamentable en Costa Rica, y en América Latina en general, la realidad no es esa. Son unos pocos los que tienen riqueza y acumulación material (así como los mercantilistas del siglo XVI-XVII sólo que sin el control estatal paternalista) y son muchos los que tienen poco. Ustedes saben bien que esa es la cruda realidad. La brecha social y económica ahí está, es latente. Si no fuera así no hubiera tanta gente vendiendo cosas en la avenida central de San José y no hubiera tanto pobre en las afueras de las ciudades que salieron corriendo de sus tierras porque no les da para nada. Sólo vayan por la autopista Próspero Fernández, ahí por Multiplaza o el CIMA, y se fijan qué hay del otro lado del río. Sí, algo completamente distinto.

El problema es menospreciar las disparidades que existen, haciendo de cuenta que no existen. U olvidarlas porque no me afectan directamente. Porque, pucha, no me van a negar que existe gente hipócritamente egoísta. 

Que al tener ellos el bienestar económico que les permite vivir a sus anchas, no importa si hay miles de pobres. O igual que como algo no me produce ganancia me da igual si lo exterminan (como los árboles, por poner un ejemplo demasiado básico). El arraigo del neoliberalismo extremo ha permeado en la mente de muchos. Sin querer caer en el otro extremo, porque a mí me gusta ir al mall igual que a muchos, de vez en cuando almuerzo en McDonald's igual que muchos, soy consumidor. Pero ser consumidor no es sinónimo de olvidar ser HUMANO.

Es un tema obviamente político, porque año tras año no se ha logrado mucho paliar la situación. Pero también es un tema socio-cultural. Además de que somos la sociedad de la información, de la tecnología, somos la sociedad del dinero.

Leia Mais…

viernes, 12 de febrero de 2010

No, no lo voy a decir



Bueno, la verdad lo siento por los que creen que el tema político termina cuando ya hay presidente electo. Porque no es así. Amo Costa Rica y por eso no me conformo con cualquier resultado electoral, sea cual sea el resultado. Ningún político es superhéroe ni tiene una fórmula mágica que hace la Costa Rica deseada de un día para otro, y además, como decía en mi post anterior, la democracia debe venir desde abajo, desde nosotros todos los días. ¿Qué de malo tiene tomar una posición crítica sobre el resultado electoral? ¿O qué de malo tiene criticar el gobierno de lo que hace mal? Pues nada.... Al final ahí los pusimos nosotros con nuestros votos.

Ahora, entiendo muy bien que hay gente que se pasa de astuta y sacan criterios no muy válidos... inmaduros y que no aportan nada. Tomar los temas importantes como juego no hace nada bien. No nos acostumbremos a ello.

Entre tanto, no me llamen antidemócrata si expreso mi descontento electoral. ¡No señores! Llámenme demócrata porque quiero que mi voz sea también escuchada en un gobierno por el que no sufragué. Y no, no voy a decir que hay que respetar la decisión de la mayoría o que Costa Rica habló. No lo voy a decir. La respeto y la acepto, pero no me voy a conformar con eso. Citando a Luis Alonso Murillo via twitter "hay que aceptar la derrota mas no darse por vencido".

No quiero caer en la tentación del aletargamiento general ante temas de vital importancia, que claramente se dan en todas las opiniones. La patria es primero.


Leia Mais…

sábado, 6 de febrero de 2010

Elecciones 2010

¡Qué bueno llegar a un día electoral más! 
Y qué bueno saber que la gente todavía se emociona por votar, que la gente saca sus banderas, sacan sus carros a pitorear por las calles. Lo que sí me agüeva es oír tanta excusa barata justificando su voto. Porque es mujer, porque es guapo, porque los anuncios me gustaron, porque me amenazaron en el trabajo... O escuchar que no voto nunca porque ningún político hará nada bueno por mí. Pero bueno, hagámonos la idea de que no son muchos. 

Claramente, el hecho del voto es la expresión máxima de la democracia en un país. Es su manera de decir qué es lo que quiere para su territorio (sea el país, su cantón o provincia) y de apoyar un ideal. Creo fuertemente en eso y no me imagino una Costa Rica que no fuera así. 

Pero también creo que la democracia se hace, o se debería hacer, todos los días. En lo más privado de mi hogar, en lo más cotidiano. Se debería practicar la democracia en lo cercano de mi comunidad, en mi Universidad, en los buses que utilizo, en el mall que visito, cuando camino por San José. ¡Sí señores! No nos olvidemos que la democracia está ahí también.

La democracia está en su derecho, poder y obligación de denunciar algo que vaya en contra de lo normado. La democracia la hago yo cuando asisto a audiencias públicas, a modelar mi cantón o comunidad. La hago yo exijo cuentas claras al presidente de la asociación de desarrollo. La hago yo cuando firmo una iniciativa popular de ley. La hago yo defendiendo los intereses del pueblo. La hago  no justificando a ciegas lo no justificable.

¡Votemos todos! Velemos porque los sufragios se realicen de manera transparente. E independientemente de su ideología, luchemos por Costa Rica

Imagen tomada de http://porquevoyavotar.com

Leia Mais…